En cierta ocasión Bertrand Rusell daba una conferencia sobre la lógica en las matemáticas. En un punto dijo: "Contrariar sus reglas, sólo trae calamidades. Basta una premisa matemática falsa para poder probar cualquier disparate". En ese momento alguien del público se levantó, burlón, y dijo: "¿En serio?. A ver, si 2+2=5, demuéstreme que yo soy el Papa..." Sin inmutarse siquiera, Russell le contestó: si 2+2=5, entonces 5=4. Restémosle 3 y tenemos que 2=1. Si usted y el Papa son dos... el Papa y usted son 1... por lo tanto, usted es el Papa”... Los aplausos inundaron la sala.
No hay comentarios:
Publicar un comentario