Islandia, el lugar donde los bancos quiebran y sus directivos pueden ir a la cárcel sin que el cielo se desplome sobre nuestras cabezas; la isla donde apenas medio millar de personas armadas con peligrosas cacerolas pueden derrocar un Gobierno, vuelve a dar ejemplo en el 2º referéndum celebrado ayer 9 de abril de 2011.
¿Qué haría usted si uno de los grandes bancos españoles hubiera quebrado en Reino Unido y el Gobierno británico exigiera a España un pago de 50.000 euros por familia para saldar esa deuda?. Islandia, que ya se había negado en una ocasión a pagar esa factura, se enfrentó ayer a un segundo referéndum sobre si aprueba, o no, devolver a Reino Unido y Holanda 4.000 millones de euros por la bancarrota de una de sus entidades financieras (Landsbanki, Icesave). El Gobierno defendía el sí en el referéndum aduciendo que los activos del banco quebrado, cuando se liquiden, permitirán pagar la mayoría de la deuda. Los partidarios del no argumentaban que la gente no debería pagar por las locuras de sus bancos.
A sabiendas de que el “no” tendrá efectos colaterales (complicaría el acceso de Islandia a la UE y conlleva que Reino Unido y Holanda lleven el caso a los tribunales) los islandeses no han dado su brazo a torcer y ha vuelto a ganar el “NO”. Con un par de cojones...
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